El BCRA destruye 4,2 millones de billetes por día. El plan
es normalizar la situación en siete años.
En manos del público y de los bancos hay 6.421 millones de
billetes de las distintas denominaciones emitidas por el Banco Central. Entre
todos, suman un circulante de casi 600.000 millones de pesos. Pero los técnicos
del organismo monetario están preocupados: si se ajustaran a estándares
internacionales, el 87% de los billetes deberían salir de circulación y ser
destruidos. En otras palabras, sería como sacar de circulación unos 520.000
millones de pesos. Imposible en un día. El plan es llegar a la normalidad en
siete años.
Motivos que pueden llevar a la destrucción de un billete:
están sucios, dibujados, rotos en sus ángulos, precariamente unidos con pedazos
de cinta scotch o simplemente, demasiado gastados por la cantidad de veces que
pasaron por manos, bolsillos, billeteras o cajeros automáticos. Y por las
innumerables veces que fueron procesados por las máquinas de contar billetes de
los bancos.
¿Qué sería ajustarse a los estándares internacionales? Que
un billete de baja denominación sea destruido a los 14 meses de haber salido de
Casa de Moneda, y los más altos, no más de 28 meses. Acá, se estiró la vida
útil de los billetes al menos al triple que en otros países.
La principal distorsión nació por la obcecada negación de
las autoridades del gobierno de Cristina Kirchner a emitir billetes de mayor
denominación. El kirchnerismo se plantó en el billete de $ 100 (Julio A. Roca y
Eva Perón) y no quiso moverse de ahí. Eso explica que el 71% de los pesos en
circulación estén representados por dichos billetes (ver infografía). Un año
atrás, antes de que salieran la ballena de $ 200 y el yaguareté de $ 500, el
92% de los pesos en circulación estaban en billetes de $ 100.
Lo cierto es que el estado de los billetes se ha vuelto un
problema para el Banco Central. Tanto que hoy tiene 50 personas asignadas a
pilotear un complejo operativo logístico.
El paso uno es diseñar una escala del 1 al 6 en el que se
les informa los bancos cómo clasificar a los billetes que están en cada una de
las sucursales de todo el país. El grado 1 corresponde al billete impecable. El
6, al más deteriorado. Usualmente, los bancos centrales mandan a destruir los
billetes ubicados entre el grado 2 y el 6. Acá son más tolerantes. Sobre todo,
porque el ritmo de destrucción no es todo lo rápido que el Central quisiera.
En Casa de Moneda instalaron meses atrás una máquina que
puede destruir 600.000 billetes por hora.
Hoy se está trabajando un turno
diario de 7 horas, por lo que se inutilizan 4,2 millones de billetes por día.
Es un salto productivo importante. Hasta el año pasado la máquina que operaba
en Casa de Moneda destruía no más de 80.000 billetes por hora. “A este ritmo,
puede que nos lleve siete años llegar a un stock normal de billetes en
circulación”, dice un funcionario involucrado en el operativo.
El problema de exceso de billetes preocupa al Banco Central
pero es un incordio operativo para los bancos. Tanto que fueron las propias
entidades bancarias las que financiaron la adquisición de la máquina
destructora de billetes, dado que el proceso licitatorio del BCRA se demoraba
más de la cuenta. Como se dijo, los bancos tienen que identificar los billetes
que deben mandar a destruir: los empaquetan de a millares y los mandan al Banco
Central, que se encarga de llevarlos a Casa de Moneda.
La cantidad de billetes es un exceso pero al menos hay un
plan. Lo que el Banco Central no sabe es qué hacer con las toneladas de monedas
que atesora en sus depósitos. Su uso bajó sensiblemente desde que se masificó
el uso de la tarjeta SUBE.
Al exceso de la cantidad de billetes se añade la distorsión
en la distribución de los mismos según su denominación. Hoy los billetes de $ 100,
como se dijo, representan el 71% de la circulación. Para entender esta
distorsión: son billetes que se usan tanto para pagar un taxi como para saldar
la compra de una casa. Absurdo.
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