En el día de hoy 25/02/16 a fallecido el Sr. Roberto A.
Bottero autor de BILLETES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA, libro y catálogo de la
notafília argentina con el cual demostró su sabiduría y gran conocimiento en la
materia y permitió ordenar las diversas series nacionales con todas sus
variantes hasta los primeros pesos convertibles.
Un trabajo inigualable y de
consulta continua para los que coleccionamos billetes argentinos.
Lamentablemente, por problemas ajenos a su voluntad, le fue
impedido publicar una segunda parte de esta obra monumental que sería mucho más
completa aún que la primera edición.
Recuerdo que hace varios años atrás me atreví a escribirle
por unos billetes del BANCO ARGENTINO que habían caído en mis manos y estaban firmados
por Daniel J. Donovan y el a los pocos días me respondió……
“Con respecto a lo que me consulta, me hizo
estudiar un poco. Del resultado le transmito que el Banco de la Provincia de
Buenos Aires es el más antiguo del país. Se fundó en 1822 como Banco de Buenos
Ayres.
En 1826 pasó a
denominarse Banco de la Provincias Unidas del Río de la Plata (Banco Nacional).
En 1836 se llamó Junta de Administración de la Casa de Moneda (conocido como
Casa de Moneda). Desde 1853 Banco y Casa de Moneda, y por último, en 1855 se
transformó en una verdadera caja de depósitos y descuentos, reformas que fueron
las bases constitucionales del actual Banco de la Provincia de Buenos Aires,
que emitió los primeros billetes con tal designación en el año 1864.
El Banco Argentino era
un banco particular y no tiene que ver con aquel. Las firmas de los billetes
que me adjunta, corresponden efectivamente a Daniel J. Donovan, quien lo hacía
como Gerente del Banco Argentino, quizá en sus comienzos en la carrera
bancaria. Los billetes del Banco de la Provincia de Buenos Aires desde 1864,
están firmados por varios empleados o funcionarios, principalmente por Diego de
la Vega y José Gastelumendi. Daniel J. Donovan aparece firmando desde 1885, de
lo que surge que no pudo ser el primer presidente del Banco de la Provincia de
Buenos Aires, porque según el billete de $ 20 cuya imagen me adjunta, en el año
1873 estaba firmando como gerente del Banco Argentino.
Como veo que le gustan
los billetes del siglo XIX, le sugiero consiga el libro “Papel Moneda Nacional
Argentino y Bonaerense Siglo XIX 1813 - 1897” de Nusdeo y Conno, que es la
parte anterior al mío. Reciba mi cordial saludo. Roberto A. Bottero”
Un par de años más tarde, un domingo en la Feria del Parque
Rivadavia, se hizo presente y tuve la oportunidad de estrecharle la mano y
agradecerle su aporte a todos los coleccionistas, hablamos amablemente y cuando
salio el tema de mi primer consulta, la cual hice mención anteriormente, el
recordaba perfectamente el tema.
Para quien no conoció al Sr. Bottero, reproduzco una
entrevista para el Centro Numismático de Santa Fe, titulada Bottero responde…
¿Cuando y por qué nació el interés por la numismática?
Yo creo que de niños
traemos la práctica de juntar cosas que nos interesan, que vamos reuniendo sin
orden, pero que más adelante, por diversas circunstancias nos concentramos en
uno de esos grupos, como tema preferido, clasificando y ordenando esas piezas
acumuladas, que puede convertirse en colección.
En mi caso, recuerdo que en la
escuela primaria nos sugerían “juntar” estampillas postales, como una
introducción a la filatelia, pero yo era de un pueblito del interior y allí no
había nadie que nos orientara.
De cualquier manera yo reuní buena cantidad y
hasta hacía canjes con otros chicos de otros países, lo que parecía una hazaña.
Después por falta de información perdí el interés, pero aun conservo una
carpeta con parte de esas estampillas que mis hijas dispersaron y tampoco continuaron.
Paralelamente en esa época de mi niñez, escuché decir que ya no se “hacían” las
monedas de cuproníquel, que llamábamos simplemente de “níquel”, las que eran
suplantadas por otras de bronce, porque aquel metal era caro. De ahí comenzó mi
interés en juntarlas, reteniendo algunas de las que me daban para golosinas o
para ir al cine.
Más adelante al perder valor, las fui pidiendo a mis
parientes, vecinos y gente conocida, porque en los cajones de mesas de luz o de
armarios, frascos, cajitas, etc. siempre había “tiradas” esas monedas. Con los
años acumulé una considerable cantidad que guardaba en los frascos de “Toddy”,
en los que ya me había dado cuenta de tenerlas clasificadas por valor.
Después
alguien me dijo que lo importante era tener una de cada año, así que me aboqué
a ordenarlas así y salvo unas pocas que me faltaban pero que logré conseguir de
otros juntadores, completé todos los años en todos los valores, formando así mi
primera colección numismática, que luego ya siendo mayor, organicé con las
hojas y carpetas adecuadas, a la vez que fui mejorando algunos estados y es la
que tengo actualmente.
Asimismo en aquella época, siendo adolescente, vi en el
Banco Nación del pueblo un cartel que decía que los billetes con leyenda “Caja
de Conversión”, perdían su valor a partir de cierta fecha, así que retuve uno
de un peso (más no podía), que podría considerar como el inicio de mi interés
por los billetes, siendo que con el tiempo me convertí en investigador de las
emisiones argentinas y todas sus variantes, pero en ese momento yo ni soñaba
con eso.
Varios años después, como empleado bancario, me tocó actuar en la caja
y allí en el contacto diario con los billetes, surgió mi verdadero interés y
pasión, porque notaba que había series y firmas distintas, de manera que en mis
viajes a Buenos Aires yo había visto vidrieras con billetes antiguos y entré en
uno para asesorarme, que resultó del señor Jorge Janson, después mi gran amigo,
ya ausente pero bien recordado por todos, y fui juntando billetes, especialmente
los de la Ley 18188 que luego pude buscar y clasificar con la aparición del
libro del recordado Ernesto Guevara.
En ese entonces, ya como funcionario del
Banco de la Nación Argentina, me radiqué en la ciudad de Buenos Aires, donde me
asignaron. De manera que esto me permitió vincularme, estudiar las emisiones e
incorporar el material necesario, llegando a formar la colección más completa
de la línea Pesos Ley 18.188, que sirvió de base para el Tratado y Catalogación
de mi autoría, de uso actual. Bien, esta respuesta a la primer pregunta quizá
resulta algo extensa, pero es sólo una reseña de mi accionar dentro de la
numismática, plagado de situaciones y anécdotas de todo tipo como para llenar
varias páginas.
¿Qué se entiende por colección numismática?
Una colección
numismática es la reunión de piezas de una misma especie, lugar, época o tipo,
dentro del concepto que comprende esa ciencia, fundamentalmente las medallas y
monedas, más el papel moneda derivado de estas, o sea los billetes de banco que
muchos también los consideran dentro de la notafilia, como disciplina más
específica. Asimismo y aunque tengo mis reparos, últimamente se consideran
dentro de la numismática, las fichas, vales y bonos, siguiendo el concepto de
que resultan medios de pago, aunque no han sido o son emitidos por leyes
nacionales y el debido o real respaldo del estado. Al coleccionismo de ese
material muchos lo consideran exonumia para las fichas y bonística para los
bonos, donde entiendo podrían incluirse los vales. Pero en un concepto más
amplio se admite que la numismática abarca todas esas disciplinas.
¿Qué elementos o datos se deben tener en cuenta para el
estudio y clasificación de un billete?
Lo fundamental es la
serie y las firmas de los funcionarios, obviamente previa determinación de la
línea monetaria y país correspondiente. Después de acuerdo a su numeración
ubicar el año de emisión, todo esto dentro de cada tipo y variedad. Tipos son
las diferencias que se producen en cada valor de una misma línea en cuanto a
cambio o supresión de leyendas, modificación fuente de numeradores, cambios de
sistema de impresión y todo lo que signifique una modificación de la plancha de
impresión, generalmente señaladas por el banco emisor a partir de la numeración
en que se produce. Las variedades son las que se observan dentro de cada tipo y
emisión, principalmente en las clases de filigranas, cambios de tonalidad,
falta de algunos elementos, etc.
¿Además de billetes nacionales, se especializó en algo más?
No, solamente
billetes nacionales que comenzaron a emitirse desde 1890, y someramente de los
bancos provinciales y particulares que se emitían anteriormente. Estoy
preparando un trabajo sobre muestras, specimen o proyectos y bocetos para
billetes que no fueron emitidos. También tengo muchos billetes extranjeros pero
como una muestra por país.
¿Colecciona otra cosa, además de billetes?
Como ya dije al
principio, comencé con las monedas de cuproníquel pero después seguí
coleccionando las posteriores y actuales. Últimamente también comencé a
coleccionar boletos de transporte antiguos de tranvías y Subterráneos, o de
combinación entre ambos y/o con Ferrocarriles, siguiendo con las fichas y los
actuales subtepass. Estudié un poco la historia de los tranvías y subterráneos y
con una reseña de esto preparé un catálogo, que estoy terminando y espero poder
editar.
¿Cuál fue su primer billete importante en la colección?
Es difícil recordar
cual fue el primer billete importante, porque para mi eran todos los que no
tenía e iba consiguiendo. Quizá más adelante y con relación a la línea “Pesos
Ley 18.188” puede ser el de valor $ 10 de “Reposición” con las firmas
Cairoli-Aldabe, muy raro, del que solo se conocen 3 ejemplares, el que estaba
muy usado y que logré con un canje, lo que me permitió posteriormente completar
la colección.
¿Algún “inconseguible” en su colección?
No exactamente.
Siempre con paciencia se consigue todo, aunque a veces la situación económica
no permite obtenerlos en el momento deseado.
¿Qué orientación le daría a alguien que recién comienza, en
cuanto al planteo de su colección?
Yo siempre les digo a
los nuevos coleccionistas que me consultan, y especialmente a los más jóvenes,
que comiencen de a poco, primero con un tema o línea monetaria como meta a
completar y después paso a paso con las siguientes, aunque paralelamente puedan
ir apartando algo que al pasar van consiguiendo. Que no tengan la ansiedad de
hacer todo rápido aunque dispongan de suficiente respaldo económico, porque se
pierde el placer y la emoción de ir llenando los “huecos” faltantes, recordando
así cada momento y tomando más cariño a la colección. Menos aun que compren una
colección hecha, porque eso es invertir y no coleccionar. También les digo, y
esto por experiencia, que si hay alguna pieza muy difícil de conseguir, de
mucho valor y que consideran inalcanzable, que no se amilanen ni desalienten,
que sigan con lo demás, que al final con el tiempo siempre aparecen las
oportunidades.
¿Qué orientación le daría a alguien que está especializado
en un tema y colecciona desde hace mucho tiempo?
Bueno, si colecciona
desde hace mucho tiempo y está especializado en un tema, se supone que tiene
toda la experiencia, por lo tanto poco o nada podría decirle, por el contrario,
quizá yo pueda aprender algo de él o ellos. No obstante, yo siempre tengo
encuentros con coleccionistas avezados con los que intercambio ideas, me dan
información y yo los aliento para que sigan investigando y buscando cosas
nuevas y las difundan, para bien de la numismática.
¿De qué manera conserva su colección?
En las carpetas
plásticas especiales de tres anillos y dentro de las hojas de PVC de tres o
cuatro divisiones que se fabrican para los distintos tamaños de billetes. En
este aspecto busco las hojas de mejor calidad que existen en plaza, porque hay
otras más económicas que con el tiempo se arrugan y afectan a los billetes. Yo
elimino los separadores de cartulina que suelen venir en las divisiones para
colocar un ejemplar en el frente y otro atrás, porque entiendo que es bueno ver
el billete de anverso y reverso, especialmente con los actuales que llevan las
firman en el reverso. Las carpetas deben guardarse en forma de plano y no
paradas, en un lugar o armario aireado y que no lo afecte la luz, menos la
solar. Yo creo que es la forma tradicional y única que nos permite mirar,
mostrar y disfrutar las colecciones, pero hay que advertir que ese material
plástico, con el tiempo, digamos varios
años, le quita algo del brillo y textura a los billetes.
¿Cuál serían sus recomendaciones para la conservación de los
billetes?
Esto ya está
prácticamente contestado en la pregunta anterior, pero puedo agregar que hay
que ser muy cuidadoso en el manipuleo de los billetes, sobre todo cuando son
nuevos o los que se consideran como “sin circular”, ya que con el manoseo
tienden a deformarse. Si deciden cambiarlos de carpeta, moverlos para
intercalar otros o colocarlos en otro orden, conviene usar unos guantes que
vienen hechos de una tela de seda muy finita.
Algún consejo.
Como dije antes,
contener la ansiedad, no desalentarse si consideran alguna pieza inalcanzable o
difícil de conseguir, y sobre todo ir con pausa pero con continuidad.
Mensaje final.
Quiero hacerles saber
que desde hace un tiempo vengo trabajando en la elaboración de una segunda
edición del libro catálogo de mi autoría “Billetes de la República Argentina”.
Como primicia puedo anticipar que su diagramación será totalmente distinta, con
muchas imágenes e incorporación de otros temas, buscando que resulte más ameno,
didáctico e ilustrativo. Espero conseguir sea editado al cumplirse 10 años de
la primera edición.
Se fue uno de los grandes de la numismática argentina, su
obra quedara y nos acompañara el resto de nuestras vidas como coleccionistas.
Adiós Sr. Bottero!!!!!!!!!!
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