Entre las nuevas medidas, el nuevo billete -que circula ampliamente fuera de Estados Unidos y es el billete de ese país que se falsifica con más frecuencia en el extranjero- incluye una cinta azul en 3D con imágenes que cambian si se mueve el ejemplar.
Demoras y fallas.
Si el proceso de producción del nuevo billete hubiera resultado tal como lo preveía el gobierno cuando presentó el diseño en abril de 2010, los estadounidenses ya estarían utilizándolo desde hace más de dos años.Pero poco después de ese anuncio llegaron los problemas: primero, la Oficina de Grabado e Impresión -la fábrica de la moneda, que en inglés lleva las siglas BEP- encontró que una porción del papel se arrugó durante la impresión, lo que dejó espacios en blanco en algunos billetes terminados.
Ese yerro llevó a que la Reserva Federal no tuviera un inventario suficiente para presentar el billete al público, por lo que la entrada a circulación tuvo que posponerse.
Y hace unas semanas se conoció el siguiente fallo: éste obligó a la Reserva Federal a devolver los billetes en duda y llevó al cierre temporal del centro de producción del BEP en Washington, donde ocurrió el problema. La impresión, sin embargo, continúa en otra sede del BEP, en Texas.
A través de uno de sus portavoces, el BEP confirmó el cierre de la planta a BBC Mundo y señaló que está investigando las causas del problema.
También aseguró que si bien está revisando una vez más el lote de billetes para retirar los inaceptables, la proporción de los que fueron afectados por el exceso de tinta es "pequeña" y "marginal".
Pero, al mismo tiempo, el BEP se negó a responder preguntas específicas de BBC Mundo, como por ejemplo por qué se dio cuenta del fallo después de imprimir varios millones de billetes.
Más allá de esa incógnita, algunos creen que este dilatado proceso puede haber perjudicado la imagen de quienes producen los billetes en Estados Unidos, aunque también es importante ponerlo en perspectiva.
"No es un tema tan grande"
David Wolman, el autor del texto en The New Yorker donde se revelaban los contratiempos con el nuevo billete y escritor de un libro sobre el final de la moneda, le dice a BBC Mundo que este error reciente es una "vergüenza" y un "desperdicio de dinero".En su artículo, Wolman escribe que la confianza puesta en el dólar en el día a día puede verse afectada: "Es como si un mago es descubierto mientras saca una jaula de conejos del baúl de su carro", dice.
"Amenaza con herir el aura -el poder- del dólar, que le permite a la mayoría de la gente seguir con sus negocios sin siquiera detenerse a examinar los billetes en sus manos o contemplar lo que les da valor".
Pero el mismo Wolman aclara que en el panorama general, "no es un tema tan grande en términos de dinero desperdiciado de los contribuyentes"
En otras palabras, los billetes sólo adquieren el valor nominal, el que aparece impreso, una vez se utilizan comercialmente. Y el BEP cree que los billetes fallidos son menos del 1%.
Wolman agrega que "no es pan comido producir en masa volúmenes inmensos de objetos sofisticados a nivel tecnológico".
Ese argumento explica tal vez por qué algunos creen que un problema como el exceso de tinta en un lote es un asunto normal durante la producción de nuevos billetes. Otros, sin embargo, resaltan que rara vez el gobierno ha enfrentado problemas al imprimir nuevo papel moneda.
Lejos de las opiniones que haya al respecto, todo parece indicar que la saga llegará a su fin el próximo 8 de octubre, cuando el gobierno de Estados Unidos ponga en circulación -tras fallas, críticas y demoras- su nuevo billete de cien dólares.
Los dólares en cinco cifras
- Hay casi 8.800 millones de billetes de cien dólares en circulación.
- La Reserva Federal le paga a la Oficina de Grabado e Impresión 12,6 centavos para que imprima cada billete de cien dólares
- En total, hay 1,16 billones de dólares en circulación.
- Hay 33.000 millones de billetes en circulación.
- La mayoría de billetes en circulación son de un dólar (10.300 millones).
¿Vale la pena imprimir nuevos billetes?
La introducción del nuevo billete de cien dólares culmina el proyecto de rediseño de la moneda estadounidense, que empezó en 2003 con la introducción del nuevo ejemplar de 20 dólares.
Le siguieron nuevas versiones del billete de 50, 10 y 5 dólares.
El objetivo, según Michael Lambert, de la Reserva Federal, es proteger al público de las falsificaciones.
Pero hay otros que opinan que en vez de rediseñar, lo que debería hacerse es dejar de producir algunas denominaciones, como la de 100 dólares.
Uno de los proponentes es David Wolman, quien habla del "ocaso del dinero". Él le dice a BBC Mundo que es hora de dejar de producir billetes de cien dólares, entre otros aspectos porque le haría la vida más difícil a casi todos los criminales.
Otro experto, Jonathan Lipow, profesor de la Escuela Naval de Posgrados, también asegura a este medio que como la gente común y corriente no usa billetes de alto valor para sus transacciones diarias, éstos son utilizados principalmente por gente que está fuera de la ley.
Afirma, sin embargo, que "no se puede decir de manera sencilla algo como que vamos a eliminar los billetes de cien dólares".
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