
Monedas y billetes de todas las épocas se exhiben en el Ceptur
Se pueden apreciar las primeras “macuquinas” del Virreinato y algunas rarezas, como las monedas que quiso implementar Orélie Antoine para su “Reino de la Patagonia”. También está el billete de 1.000.000 de pesos, un producto de la inflación de la década de 1970.
Desde las “macuquinas” hechas a golpe de maza en el Virreinato del Río de la Plata hasta el billete de “un millón” de pesos” producto de la inflación de finales de la década de 1970, la exposición también cuenta con rarezas como las monedas que intentó imponer Orélie Antoine, el autodenominado “Rey de la Patagonia”. De eso se trata la muestra del Museo Histórico y Numismático.
En el marco de los festejos por el Día Nacional del Petróleo, se presenta en Comodoro Rivadavia la muestra del Museo Histórico y Numismático “José Evaristo Uriburu hijo”.
Se trata de monedas y billetes empleados desde los orígenes políticos coloniales en el Cono Sur americano hasta las de circulación actual. La exhibición se quedará en el Ceptur hasta el sábado 20 de diciembre y también pueden comprarse monedas conmemorativas y especiales.
El Museo Numismático fue creado en 1941 cuando el primer vicepresidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) José Evaristo Uriburu, hijo del presidente homónimo y coleccionista de monedas, organizó la fundación de una institución que protegiera las monedas que las anteriores entidades habían acuñado (como la Caja de Conversión y la Oficina de Crédito Público).
LAS PRIMERAS MONEDAS
Las 13 vidrieras que contienen los metales y papeles repasan la historia de esta parte del continente. Las primeras monedas fueron las “macuquinas”, que algunos especialistas consideran que deriva del quechua y significaría “a los golpes”. Eran monedas toscas de plata y se fabricaban a golpes de maza. Las monedas que venían de España tardaban mucho en llegar y también eran blanco de piratas, por lo tanto se decidió fabricarlas en el Virreinato.
Estos metales muestran como cambiaba el “autoestima” del imperio (español en este caso). Las leyendas de las monedas imponían títulos en latín que rezaban “más allá de los mares” dando cuenta del control sobre la navegación. Cuando lograron asentarse en los territorios hoy conocidos como latinoamericanos, en el siglo XVI, Carlos III de España impuso que su rostro sea retratado en las monedas, tal como hacían los romanos.
Las transacciones comerciales fueron con ese tipo de metales en Lima, La Plata, Potosí y Cuzco mientras se pudo extraer oro y plata de las minas del alto Perú. Cuando Potosí se convierte en Bolivia y Cuzco en Perú, durante el periodo de la Revolución de Mayo de 1810, la Argentina perdió su fuente de recursos para las monedas, entonces se autorizó a cada provincia crear su propia moneda.
Después de la “Asamblea del Año 13”, entre 1813 y 1815, se crearon las primeras monedas patrias. Las leyendas inscriptas eran “Unión y Libertad” y “Provincias Unidas del Río de la Plata”.
La moneda de un peso que circula actualmente, acuñada en 1994, en reemplazo del billete de la misma denominación, fue inspirada en esas “primeras monedas patrias”.
ACOSTUMBRANDOSE AL BILLETE
Los billetes tardaron hasta 1881 en poderse usar de manera cotidiana. La gente no entendía bien como un “trozo de papel” podía valer lo mismo que una moneda de oro y plata. Una falta de costumbre que se revirtió recién a principios del siglo XX. El primer billete fue emitido por el Banco de Buenos Aires (ahora Banco Provincia de Buenos Aires), pero era más parecido a un “pagaré”. En el papel se consignaba por cuántas monedas se debía cambiar.
Algunos terratenientes les entregaban a sus empleados un “billete” que servía para comprar alimentos en los almacenes del patrón. Una suerte de “ticket canasta” que los propietarios de la tierra empleaban para tener el control de los trabajadores en el sector agropecuario.
La “Unificación de la Moneda Nacional” llegó en 1981 con Julio Argentino Roca cuando se fundó la Casa de Conversión. También se abandonaron los metales nobles como el oro y la plata, reemplazándose por el cobre y el niquel.
Las provincias seguían autorizadas a emitir sus propias monedas aunque debían tener reservas de oro. Las gobernaciones mentían sobre sus reservas y la crisis estalló en 1890 con la renuncia del presidente Miguel Angel Juárez Celman.
En 1935 se fundó el Banco Central, a 6 años del “crack financiero” de 1929 en Estados Unidos y los billetes y monedas que emitía comenzaron a contar con alegorías nacionales como paisajes y animales autóctonos. Es que hasta ese momento se mandaban a imprimir a Inglaterra o Estados Unidos, por lo tanto los billetes tenían como imagen a la Libertad.
La única vez que la Argentina pidió que se retraten paisajes o animales, desde los Estados Unidos se envió una moneda con la figura de un canguro, en total desconocimiento de la fauna local.
La numismática es una ciencia auxilia de la Historia que estudia las monedas y medallas como testimonio de las características culturales y políticas del pueblo analizado.
Esta muestra entonces resulta ideal para conocer desde otra arista la historia del país y se extenderá hasta el sábado en el Ceptur, donde también pueden comprarse ejemplares de monedas realizadas para acontecimientos especiales.
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